Nacido en 1897 en Viena, fue un psiquiatra y educador estadounidense, discípulo de Alfred Adler (que rompió con Sigmund Freud para crear la psicología individual). Quiso estudiar los motivos por los que los niños se comportan de un modo inadecuado y buscó la forma de promover la conducta cooperativa sin el uso de castigos ni premios. Entendía que el mal comportamiento de los seres humanos se ve motivado en una carencia con respecto al sentimiento de pertenencia al grupo social. Dicho de otro modo, nos comportamos de manera inadecuada porque nos sentimos excluidos o porque queremos pertenecer.
La primera meta de todos los seres humanos es el sentimiento de pertenencia. Cuando se comportan mal, los niños buscan esa pertenencia por cuatro metas erróneas:
«No podemos proteger a nuestros hijos de la vida. Por lo tanto, es esencial que los preparemos para ella. Sentir pena de nuestros hijos es una de las actitudes más dañinas que podemos tener. Les demuestra, y nos demuestra, de forma muy clara que no tenemos fe en ellos y en su habilidad de enfrentarse a adversidades «.
«Cuando a los niños se les permite ayudar para tomar decisiones en familia, suelen ser más colaborativos y felices con la vida familiar. También cuando se les permite colaborar en el establecimiento de las normas, las cumplirán mucho mejor que si las reglas se les imponen. Todo esto suma para un hogar feliz para todos».
«La perfección no existe en la realidad, solo en nuestros sueños».
«Un niño necesita que lo animemos como una planta necesita agua»
«Cuando un niño comete un error o falla a la hora de llegar a un objetivo, debemos evitar cualquier palabra o acción que indique que lo consideramos un fracasado. «Qué pena que no funcionó», podemos decirle. Necesitamos separar las acciones y la persona».
«Podemos cambiar toda nuestra vida y la actitud de las personas a nuestro alrededor simplemente cambiando nosotros mismos»
«Un niño que se comporta mal es un niño desmotivado»
«Cualquier persona que cambia las expectativas de otra cambia su comportamiento»
«¿Cómo una buena palabra podría animar a otra persona a actuar mejor de lo que habría hecho sin esa palabra de aliento? Y a través de esa persona alguien más habría sido salvado. ¡Cuánto contribuimos a los demás, qué poderosos somos cada uno de nosotros y no lo sabemos!».
«Cuando prestamos atención constantemente a los errores, desalentamos al niño. No podemos construir sobre las debilidades, solo sobre las fortalezas».
«Cometer un error no es ni de lejos tan importante como lo que hacemos después de cometerlo».
«La manera apropiada de educar a un niño es idéntica a la manera apropiada de tratar a cualquier ser humano».
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